Cuando comenzamos a trabajar en el sistema de orientación visual para Clínica Alemana de Santiago entendimos que la iconografía sería uno de los pilares más funcionales del proyecto. No se trataba solo de diseñar símbolos prácticos, sino de crear un lenguaje capaz de transmitir identidad, claridad y cercanía en un entorno especialmente sensible. 
Los íconos debían actuar como una capa silenciosa que acompaña el recorrido, una presencia sutil que guía mediante formas reconocibles, precisas y naturalmente integradas al espacio.
El isotipo de la clínica se convirtió en la estructura inicial que ordenó todo el sistema. Su geometría nos entregó las proporciones y los ritmos que definieron la construcción de cada pictograma, permitiendo que las piezas dialogaran entre sí como parte de una misma familia visual. 
Sobre esa base incorporamos transiciones suaves, curvas más humanas y una sensación de apertura que aportara calidez y naturalidad.
La dimensión orgánica del concepto Biofilia en transición
La mirada desde el concepto central creativo fue esencial para darle al sistema una dimensión propia. Buscamos una funcional y estética que evocara fluidez y naturalidad, una “respiración” visual que permitiera que cada símbolo se sintiera vivo dentro de su geometría. 
Para asegurar su consistencia en cualquier escala, definimos una retícula que organizara proporciones, alineaciones y márgenes. Dentro de esa lógica técnica dejamos un espacio deliberado de aire, un respiro que aporta ligereza y permite que la lectura sea clara y amable.
El resultado es una iconografía que se integra con la arquitectura y la experiencia del recorrido, un lenguaje visual que ordena y acompaña el movimiento de quienes transitan por la clínica con claridad, suavidad y sentido.

You may also like

Back to Top