En el estudio hablamos mucho de cómo las personas se mueven e interactúan con el espacio: un acto capaz de contenerlas, guiarlas y ofrecerles, además de información, identidad y sentido de pertenencia.
Nos interesa observar cómo los lugares se transforman en experiencias; cómo la arquitectura, desde su coherencia y ritmo, puede orientar de manera natural y generar confianza sin recurrir a la sobreinformación. Cada proyecto que creamos es un #storytelling #espacial, donde se entrelazan arquitectura, estrategia, identidad y experiencia usuaria. Entendemos el #wayfinding como una capa profunda del diseño: una expresión tangible del propósito que da vida a cada lugar.
Por ejemplo, hablemos del caso estudio de la UCI Pediátrica de la Clínica Alemana de Santiago:
En una unidad de cuidados intensivos pediátricos, ese relato tomó forma desde la contención. Diseñamos un sistema de orientación que acompañara el tránsito emocional de pacientes, familias y equipos médicos. Los flujos, los puntos de referencia y los materiales se pensaron como una extensión del cuidado: luz, color e ilustraciones fotorealistas —para un público transversal— trabajaron en equilibrio para entregar calma en un contexto sensible. Cada decisión respondió al propósito de crear una experiencia más humana y coherente con la arquitectura del lugar.
Dividimos el layout en dos instancias: terrestre y marina. La narrativa visual se desarrolló a partir de la fauna chilena, vinculando especies nativas con fuerte carga simbólica asociada al cuidado parental, la protección y la vida en comunidad. Buscamos animales que tuvieran algo que contar —historias de vínculo y contención— para poblar simbólicamente el entorno desde lo emocional y lo identitario. El espacio terrestre representaba la etapa de recuperación del infante, mientras que el espacio marino se asoció al momento más crítico de salud: una analogía a las profundidades donde la vida se sostiene en equilibrio y silencio.
Definimos un lenguaje transversal y cercano, capaz de conectar con distintas edades y estados emocionales, evitando estereotipos infantiles sin caer en una estética fría o genérica. Cada elemento fue diseñado con un mismo propósito: crear una experiencia sensible y coherente con el espíritu del habitar en un entorno de salud.
Diseñamos un rótulo de habitación perpendicular con visibilidad desde el flujo de pasillo, pensando en entregar información clara y oportuna tanto al equipo médico —facilitando su orientación y dinámica diaria— como a las familias, para quienes el reconocimiento rápido del lugar resulta esencial en momentos de alta carga emocional.
Cuando la arquitectura y el wayfinding se conciben como una sola idea, el recorrido se vuelve orgánico. El usuario no necesita pensar en cómo llegar: el espacio lo guía de manera natural. Todo se vuelve intuitivo, legible y, sobre todo, humano.
Cada proyecto reafirma nuestra convicción: orientar es una forma de cuidar. Nace de observar a las personas, de entender cómo se mueven, cómo leen el entorno y cómo respiran dentro de él. Diseñar orientación es diseñar confianza; es crear sistemas que acompañen al cuerpo y a la emoción, que no solo indiquen un camino, sino que den sentido al habitar.